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Pocas ciudades han demostrado haber tenido una participación tan importante en la historia contemporánea como Berlín. Durante 41 años la ciudad estuvo partida en dos por un muro, que no respetaba amistades, afectos o parentescos, marcando uno de los eventos mundiales más trascendentales. Aprender alemán en Berlín es una propuesta que será de sumo atractivo para los amantes del turismo histórico, y para quien espere descubrir una ciudad moderna, y que ha tratado por todos los medios de respetar la historia, mostrando, tal vez más que ninguna otra, una enorme cantidad de monumentos y sitios históricos que muestren hitos del siglo XX. Un lugar increíble es el Museo de la DDR, que reúne una serie de objetos que muestran de forma vívida cómo era la vida en la Alemania del este entre 1949 y 1990, año en que el muro quedó finalmente derribado. Otro sitio que ningún visitante debería dejar de conocer es la Isla de los Museos. Se trata, verdaderamente una isla sobre el río Spree, que ha sido declarada Patrimonio Histórico de la Humanidad por la Unesco. Nada menos que cinco museos se encuentran alojados dentro de este complejo, entre los que se incluye la Galería Nacional de Berlín. Pero no todo es visitar museos en Berlín, la gastronomía también tiene un lugar destacado dentro de los muchos atractivos turísticos de la ciudad. Un platillo no apto para vegetarianos pero sumamente delicioso es el Currywurst, una especie de salchicha cortada en trozos rociada con salsa de curry que se acompaña con patatas fritas. Otros manjares son las costillas de cerdo ahumadas, las ensaladas de patatas, o los arenques enrollados, todas excelentes excusas para visitar la joya del río Rhin. Por supuesto, lo ideal es acompañar la comida con una riquísima y tradicional cerveza alemana, de diversos tipos y un amplio espectro en cuanto a gustos.
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