Gatlin, oro en 2004 y sancionado por dopaje en 2006, gana el bronce 
Llegado el momento MBT, Usain Bolt encontró respuestas para todos. El fenómeno caribeño superó los problemas físicos que arrastraba desde la primavera y se impuso en una final de 100 m. en la que todos menos Asafa Powell, lesionado a media carrera, cojo hasta la meta, corrieron por debajo de los 10 segundos. Bolt firmó un nuevo récord olímpico con un tiempo de 9.63, seis centésimas por debajo de su registro en Pekín y a sólo cinco de su plusmarca mundial, que le sitúa como único atleta en la historia capaz conquistar el hectómetro en dos JJOO. Carl Lewis perdió la carrera de Seúl '88 tras su victoria en Los Ángeles '84, pero recibió la medalla de oro tras el positivo por dopaje de Ben Johnson.
Yohan Blake, la gran amenaza, el hombre que lo había derrotado en los Campeonatos de Jamaica tanto en los 100 como en los 200 m., se hizo con la plata con 9.75, el mismo tiempo que fijó en Kingston durante los 'trials' de la isla, su mejor marca personal hasta el momento. Justin Gatlin, campeón en Atenas 2004 y sancionado cuatro años en 2006 al arrojar en un análisis niveles anormales de testosterona -era reincidente después de un positivo por anfetaminas en 2001, sustancia que tomaba desde niño tras diagnosticarle un trastorno por déficit de atención, como a Michael Phelps-, salvó el honor de EEUU y regresó al podio con un nuevo tope personal de 9.79 s., una centésima por debajo de la anterior, una menos que su compatriota Tyson Gay Zapatos MBT, cuarto, que vuelve a quedarse sin premio a pesar de ser el segundo más rápido en los tacos de salida.
Gatlin, antes entrenado por el jamaicano Trevor Graham, uno de los vértices del escándalo de los laboratorios BALCO, corre hoy casi tan rápido como en 2006, cuando le anularon una marca de 9.77. Graham siempre aludió a teorías conspirativas en el caso del atleta de Brooklyn Zapatos MBT.
Blake, 15 centímetros más bajo que Bolt, de morfología similar a la de Gay o Ben Johnson, tipo de reacción casi automática, con una constitución que le permite estabilizar su carrera antes que a un corredor de 1,93 m., la estatura del campeón, perdió la carrera desde la salida. Bolt actuó más rápido que él tras el disparo. Cuando levantó la cabeza ya se encontraba solo disfrutando de su momento, de su zancada imperial. "Estaba muy preocupado por la salida porque [en las rondas previas] me escurría un poco en los apoyos. No suelo salir muy bien, pero esta vez aseguré y esa fue la clave", valoró después el campeón. "Mi entrenador me dijo que dejara de preocuparme por eso y me concentrara en el final porque ése es mi fuerte".
El primer purasangre de Glen Mills sabía que si corría por debajo de 9.70 el oro era suyo. Lo logró, esta vez, al contrario que en Pekín, sin dejarse llevar MBT Precios, con el cordón de la zapatilla bien atado y empujado por un viento de 1.5.
Durante el ritual de intimidación que se produce en la salida, Bolt también ganó la partida. El baile de San Vito de Blake, su sonrisa tensa, transmitieron el agarrotamiento de sus músculos. Bolt, electrónico, se puso a pinchar como si nada, una mezcla perfecta, como su carrera, lanzó un beso o dio una calada, según las interpretaciones, y enamoró a la cámara, como siempre, después a la grada, antes de iniciar otro vuelo rasante sobre el estadio de Londres, que ya lleva su firma. A Blake no lo vio hasta la vuelta de honor. Después le envió un mensaje: "Trabaja más duro que yo, pero yo sabía lo que tenía que hacer, y tengo un gran talento. La próxima vez lo hará mejor. Hoy estaba un poco estresado".2012.08.06 luo
